Yanina Marinelli y Graciela Dávila
En un country, ubicado en medio de la ciudad Esmeralda, había ocurrido un hecho inesperado para un lobo millonario, heredero de la fortuna de su padre. Encontró a tres cerditos que paseaban por un enorme parque de diversiones, ellos se llamaban Kiko, Kino y kata.
El lobo era el prestigioso presidente del parque familiar, dedicado a
brindar sonrisas y buenos momentos a la gente.
Estos chanchitos con apariencia de criaturas humildes e indefensas
lograron engañar al lobo, se acercaron a él, le ofrecieron ayuda para arreglar
uno de los juegos. Luego de mucha charla el lobo Mike les ofrece trabajo en el
parque ya que conocen bien su funcionamiento y les resulta agradable.
Los chanchitos logran obtener un puesto en diferentes sectores. del gran
parque; como consecuencia de su desempeño laboral este fue creciendo cada vez
más, y el lobo se encontraba muy contento con sus nuevos empleados
Al cabo de un año con los sueldos acumulados por los tres, los
chanchitos deciden comprar el 70 por ciento de las acciones y el parque paso a
llamarse “Los chanchitos divertidos” Mike, que era tan generoso no vio nada de
malo en esa acción. Pero los tres tenían un plan siniestro (dejar al lobo en la
calle).
Despidieron a Mike ; este quedó sin un centavo y tuvo que hacer una
casita de paja para vivir dentro del parque Con ayuda de las propinas pudo
mejorar su casita, construyó una de madera y pronto podría hacer una de
ladrillos.
Su esfuerzo continuó y cada vez se ponía más objetivos que alcanzar.
Al cabo de unos años, los chanchitos ya habían dejado de preocuparse por
hacer sentir a la gente feliz; descuidaron el parque y este ya no era el mismo.
Los niños ya no pedían a sus padres que los llevaran al parque y los chanchitos
no tuvieron otro remedio que ponerlo en venta, ya que no les dejaban más
ganancias.
El lobo Mike juntó cada centavo y compró el parque ¡recuperándolo para
siempre!
Los chanchitos se sintieron algo tristes y le pidieron disculpas al lobo
por haberse portado tan mal con él. El lobo sin guardar ningún rencor, no sólo
los perdonó sino que realizó una fiesta para festejar la reinauguración del
parque; y los chanchitos fueron sus primeros invitados.
CUENTO REALIZADO EN EL MARCO DEL CURSO DE CAPACITACIÓN DEL CIIE DE
PILAR - DICTADO POR MARCELO BIANCHI BUSTOS
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