Carolina Acuña,
Adriana Racedo, Leonor Amadeo y Silvia Maidana
Ellos
estaban jugando en el bosque se llamaban “Copito”, “papelucho” y “manito” eran
tres chanchitos hermanos muy educados y divertidos.
Llego
el día en que se tenían que
independizarse y aventurarse en el bosque.
Los
tres chanchitos estaban contentos porque para ellos era una gran aventura
construir su propia casita. Así fue como una mañana cada uno comenzó
a construir con mucha alegría y diferentes materiales.
Copito
que era muy goloso realizo las paredes de su nuevo hogar con algodón
de azúcar y la decoro con galletitas de colores. Termino
rápidamente porque quería irse a tocar el violín
en el bosque.
Su
hermano papelucho compro muchos papeles de colores y desarmo algunos barriletes
para realizar su casa con muchos colores y formas pero dejo inconclusa la
decoración por irse a tocar el violonchelo con su hermano Copito.
Manito
era muy trabajador, busco ladrillo por ladrillo, preparó
el mismo el cemento y luego sin apuro y disfrutando de su tarea construyo su
casita con lujo de detalles hasta incluyo una chimenea para los días
de frio.
Sus
hermanos lo buscaron para ir a cantar y tocar los instrumentos pero él prefirió
terminar bien su hogar.
Los
animales del bosque rumoreaban que un lobo estaba cerca y dicho y hecho este
apareció…
En
la puerta de la casa de Copito… tenía mucha hambre y golpe la puerta fuertemente…
Copito no le abrió, entonces el lobo estiro su lengua lo más
que pudo y de un bocado se comió toda la pared de algodón
de azúcar.
El
chanchito asustado se escapado corriendo a la casa de su hermano. Este le abrió
la puerta y rápidamente la cerró para que no
entrara el lobo.
Llego
el lobo y pidió que le abrieran, ante la negativa estiro su lengua
para probar la pared y como era papel quedo enroscada adentro como un panqueque
y cas no podía caminar.
Los
dos chanchitos aprovecharon para escapar y pedir auxilio a su hermano Manito,
este abrió su puerta de madera con
sistema de alarma y los dejo pasar y luego se cerró
con su control remoto y se sentaron a pensar un plan para librarse del molesto
lobo.
Luego
de mucho pensar decidieron que lo mejor era invitar al lobo a cenar y darle de
comer sin parar para saciar su hambre.
Cuando
el lobo llego enfurecido por querer apartar de su cuerpo los papeles que aún
seguían pegados y a los gritos pidió
que le abrieran la puerta, se sorprendió cuando la puerta se abrió
y amablemente en chanchito lo invito a
pasar.
El
lobo comenzó a cenar y no podía terminar un
plato porque ya lo esperaba otra bandeja de comida… comió…
comió… comió… hasta que Copito abrió
la ventana y lo empujo. El lobo estaba tan lleno de comida y gaseosa que se fue
volando como un globo y simplemente desapareció.
Los
tres chanchitos celebraron con rondas y canciones al lado del fuego de la
chimenea.
Se dice entre los animales del bosque que cada
vez que alguien tiene hambre se puede ver al lobo volando entre las nubes.
CUENTO REALIZADO EN EL MARCO DEL CURSO DE CAPACITACIÓN DEL CIIE DE
PILAR - DICTADO POR MARCELO BIANCHI BUSTOS
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