domingo, 6 de octubre de 2013

DOCENTES DE INICIAL - VERSIONES DE CUENTOS: Otro gato con botas

Elda Gomez y Elda Jimena

Un gato no tan gato…
Descubrimos a un señor gato vestido con sombrero y botas, conocedor de pequeños y altos tejados.
Este gato vivía con un anciano con sus tres hijos, dueño de un molino, un asno, y quien les habla.

Cierto día mi dueño antes de morir, dividió sus pertenencias, al hijo mayor le entrego el molino, al segundo le entrego el asno y al último y el más pequeño me heredo a mí. Tan grande sorpresa como desilusión pude ver en los ojos de mi nuevo amo, que le dije; _ ¡oye hombre no es para tanto, ya sé que solo soy un gato; ten fe en mi, te prometo que te are famoso, solo dame una capa. (Porque las botas ya las tenia).
Nada de eso fue suficiente: mi flamante amo, me arrojo por el tejado, fue así que me encontré solo, con frio y sin alimentos. No sé cuánto tiempo paso. Cuando me desperté, estaba en una cama caliente y a mi alrededor gente que no conocía, una de ellas me acariciaba la cabeza y me miraba con ternura. ¡Era mi nueva mama!... Me dijo; _ ¿Hijo que te paso?, me limite a escuchar y, yo quería una familia. Una nueva familia. Así  fue que cambio mi vida.
Fueron pasando los años y un día ya adulto, muchas mujeres (gatas), con experiencia, habilidades, rapidez, astucia, saltando los tejados me sorprende ver una figura que me parecía familiar, me asome sacudiendo la cabeza, levantando mi sombrero. ¡Era él, mi amor!... Me acerque hasta llegar a pararme delante de él, entonces me pregunte: ¿Aun me recordaría?
Lo seguí por largo tiempo, que era de su vida… _Tenia que juntar coraje y presentarme ante él, si bien ya no podría arrojarme como aquella vez.
Al día siguiente, fui a buscarlo. Lo encontré sentado en un bodegón, me senté frente a él y pedí un vaso de leche…_ ¡No me reconoció! ¡Ni me miro!, cuando se quiso retirar me saque el sombrero y le pregunte; ¿Es usted el hijo menor del viejo molinero?¿ No sé si me recuerda, yo soy su herencia?... Asustado se para y me dijo; ¿Eres tú, el gato?, entonces muy feliz y contento le dije; ¡sí, soy yo mi querido amigo! Fue una gran sorpresa para los dos y también de mucha felicidad, pues nos contamos nuestras experiencias de vida. Sentí que estaba muy solo y se lo pregunte, me miro largo rato y me dijo; ¿Quien querría compartir mi miserable vida gato?, le conteste; Compañero desde hoy nunca más estarás solo y fue así que seguimos juntos. Mi amo ya no es un hombre triste y solitario. Es una persona feliz porque ya no está solo.

CUENTO REALIZADO EN EL MARCO DEL CURSO DE CAPACITACIÓN DEL CIIE DE PILAR - DICTADO POR MARCELO BIANCHI BUSTOS

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