Elda Gomez y Elda Jimena
Un gato no tan gato…
Descubrimos a un señor gato vestido con sombrero y botas,
conocedor de pequeños y altos tejados.
Cierto día mi dueño antes de morir, dividió sus pertenencias,
al hijo mayor le entrego el molino, al segundo le entrego el asno y al último y
el más pequeño me heredo a mí. Tan grande sorpresa como desilusión pude ver en
los ojos de mi nuevo amo, que le dije; _ ¡oye hombre no es para tanto, ya sé
que solo soy un gato; ten fe en mi, te prometo que te are famoso, solo dame una
capa. (Porque las botas ya las tenia).
Nada de eso fue suficiente: mi flamante amo, me arrojo por el
tejado, fue así que me encontré solo, con frio y sin alimentos. No sé cuánto
tiempo paso. Cuando me desperté, estaba en una cama caliente y a mi alrededor
gente que no conocía, una de ellas me acariciaba la cabeza y me miraba con
ternura. ¡Era mi nueva mama!... Me dijo; _ ¿Hijo que te paso?, me limite a
escuchar y, yo quería una familia. Una nueva familia. Así fue que cambio mi vida.
Fueron pasando los años y un día ya adulto, muchas mujeres
(gatas), con experiencia, habilidades, rapidez, astucia, saltando los tejados
me sorprende ver una figura que me parecía familiar, me asome sacudiendo la
cabeza, levantando mi sombrero. ¡Era él, mi amor!... Me acerque hasta llegar a
pararme delante de él, entonces me pregunte: ¿Aun me recordaría?
Lo seguí por largo tiempo, que era de su vida… _Tenia que
juntar coraje y presentarme ante él, si bien ya no podría arrojarme como
aquella vez.
Al día siguiente, fui
a buscarlo. Lo encontré sentado en un bodegón, me senté frente a él y pedí un
vaso de leche…_ ¡No me reconoció! ¡Ni me miro!, cuando se quiso retirar me
saque el sombrero y le pregunte; ¿Es usted el hijo menor del viejo molinero?¿
No sé si me recuerda, yo soy su herencia?... Asustado se para y me dijo; ¿Eres
tú, el gato?, entonces muy feliz y contento le dije; ¡sí, soy yo mi querido
amigo! Fue una gran sorpresa para los dos y también de mucha felicidad, pues
nos contamos nuestras experiencias de vida. Sentí que estaba muy solo y se lo
pregunte, me miro largo rato y me dijo; ¿Quien querría compartir mi miserable
vida gato?, le conteste; Compañero desde hoy nunca más estarás solo y fue así
que seguimos juntos. Mi amo ya no es un hombre triste y solitario. Es una
persona feliz porque ya no está solo.CUENTO REALIZADO EN EL MARCO DEL CURSO DE CAPACITACIÓN DEL CIIE DE PILAR - DICTADO POR MARCELO BIANCHI BUSTOS
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